Han pasado casi dos años desde que el actual Alcalde asumió la administración municipal, cuyo cargo lo alcanzó con propuestas que planteaban la continuidad de los proyectos estratégicos urbanos de la anterior administración, de la que tuve el honor de ser parte muy activa.
La mayoría de estos proyectos, a pesar de su dilación y lentitud, avanzan en gran parte por la solidez con la fueron concebidos y planificados; así tenemos el proyecto Metro; los proyectos de ríos orientales y programas de tratamiento de aguas residuales en Quitumbe, aunque nada se dice del proyecto Vindovona; e incluso el proyecto de contenerización de residuos a nivel de todo el Distrito Metropolitano.
Me resulta extraño que manteniendo esa continuidad, el trabajar por convertir a Quito en una ciudad digital y socialmente innovadora, no haya recibido el mismo tratamiento; si bien al principio de esta Administración se hizo el esfuerzo de actualizar la agenda construida por más de 500 personas en el año 2013, y en donde adicionalmente se formaron más de 54 funcionarios públicos como expertos en valoración y elaboración de proyectos de ciudades digitales, este esfuerzo inicial no transcendió, así como las iniciativas que estaban contenidas como proyectos estratégicos prioritarios de la Agenda de Quito Digital (se puede ver una referencia a estos proyectos en este post : http://juanpaespi.com/2014/05/18/los-10-proyectos-para-impulsar-la-agenda-digital-y-socialmente-innovadora-de-quito/ )
Y es que no puede haber trascendencia en los programas de política pública, sino existe una mínima hoja de ruta que determine línea base, objetivos, indicadores y sobre todo responsabilidades y competencias a nivel de las distintas instancias que conforman la corporación municipal; en este sentido hace pocos días me permití preguntar vía twitter, que significaban los proyectos @linqlab, @labuio y open space, este último ejecutado por @conquito y solo como respuesta de una de las entidades (@linqlab), me direccionaron a la web del proyecto, en donde no pude encontrar mayor explicación de los proyectos y programas que se impulsan desde este “entidad”.
Existen otras iniciativas que tampoco han tenido trascendencia y cuyos resultados no se conocen hasta la fecha, como la de datos abiertos (que se implementó sobre la recopilación realizada por la Secretaría de Planificación de la administración anterior), y que a mi criterio en esta fue erróneamente publicada mediante la contratación de un servicio de alojamiento de datos de forma masiva y no de acuerdo a las verdaderas necesidades básicas y avanzadas de la ciudad (como lo está realizando ahora Cuenca Digital).
Hace no mucho, se ha establecido la creación de una unidad de innovación, sin estructura, presupuesto o plan operativo detallado, cuando lo mínimo que se requiere para impulsar un verdadero ecosistema de innovación urbana es la configuración de una Secretaría especializada en la materia y por qué no la constitución de un Chief Innovation Office, como lo tienen New York, Boston o Barcelona.
Tampoco han trascendido y desconozco de programas públicos de innovación abierta que conecten a grupos de investigación y emprendedores o start ups con sistemas empresariales públicos y fondos de inversión nacional o internacional; la única referencia que he encontrado en este sentido, es la del proyecto Mi Quito, que es una “adaptación» de la plataforma MI MEDELLIN, donado precisamente por la Alcaldía de esa ciudad a la nuestra, pero que no es un proyecto de Open Innovation, sino una plataforma de co-creación de ideas ciudadanas. En este punto es necesario aclarar que la propia Medellín cuenta con una plataforma específica para proyectos de innovación abierta cuya misión es desarrollar negocios de innovación en tiempo real.
A pesar de la indefinición del gobierno local, la dinámica de la ciudad, conectada a los procesos de cambio de la matriz productiva nacional, ha impulsado ciertos proyectos particulares de relevancia singular como son Kruger Labs – tics y software – , Impaqto – innovación social – y Torno Lab – arte digital- . Estos esfuerzos no pueden ser aislados ni esporádicos, deben estar articulados y concatenados a una política local, más aún si estamos a las puertas de que Quito sea sede del encuentro más importante del Urbanismo a nivel mundial ( Habitat III).
En este contexto, y en forma complementaria a las recomendaciones que hicimos en este post a nivel general para la mayoría de ciudades de la región , en conjunto con Paco Prieto, http://juanpaespi.com/2014/07/03/que-tipo-de-inteligencia-tiene-tu-ciudad/ , me permito realizar ciertas sugerencias de lo que necesita nuestra capital de forma inmediata:
– Una estrategia de innovación que articule y coordine los esfuerzos públicos y privados que se generan dentro de la ciudad: se puede retomar la agenda digital, analizarla críticamente, re escribirla, pero sobre todo construir un plan de ciencia, tecnología e innovación como la guía que nos dirá a donde va la ciudad en temas de innovación urbana.
Esta guía actualizada, deberá por lo menos cumplir con 4 premisas, recomendadas por @drrick , sobre Why Smart Cities still aren’t working for us after 20 years y tratar de responder
- Incluir criterios de smart digital urbanismo en la contratación de servicios por las autoridades locales para fomentar la innovación competitiva de los proveedores del sector privado.
- Fomentar las oportunidades de desarrollo para incluir la infraestructura «inteligente».
- Comprometerse a programas empresariales que impulsen el desarrollo tecnológico
- Habilitar y apoyar a la empresa social.
– Una Agencia de Innovación, administrada por un CIO – Chief Innovation Officer – que forme parte de un Comité Público Privado de Ciudades Digiales.
– Un auténtico espacio público de creatividad e innovación, donde confluyan makers, hackers cívicos, emprendedores y start ups, un espacio destinado a la innovación tecnológica, a la economía naranja y la aceleración de emprendimientos enfocados en la mejora de la calidad de los servicios públicos de la ciudad. Ruta N de Medellín, City Lab de Barcelona y el propio Innopolis de Yachay pueden ser un referente aplicable.
– Retomar proyectos prioritarios de la Agenda Digital, como la digitalización total del Registro de la Propiedad, la sensorificación del sistema de bicicleta pública y la implementación del anillo y corredor digital de la ciudad.
– Retomar el posicionamiento internacional de ciudad, y generar más embajadores digitales de la misma, para difundir nuestros avances en materia de innovación.
– Destinar presupuesto a los proyectos de innovación. Sin fondos no existen proyectos viables ni sustentables, todo se confirma como una mera retórica electoral, como hasta ahora es el mito de la ciudad inteligente 3.0
Como emprendedor, quiteño y ecuatoriano espero que algunas de las sugerencias de este post puedan implementarse en el corto plazo, y así Quito pueda volver a constituirse en un referente de innovación a nivel regional , como lo venía siendo hace no más de 3 años.